miércoles, 15 de junio de 2011

OSIFICACIÓN por Sofía García

Conjunto de mecanismos por medio de los cuales el tejido conjuntivo se transforma en tejido óseo.

Existen dos tipos: la osificación intermembranosa y la osificación endocondral.

Osificación intermembranosa:
Consiste en la formación directa de hueso en el tejido conjuntivo primitivo o mesénquima. El tejido mesenquimatoso procede del mesodermo, la lámina intermedia del embrión.
Esta osificación produce preferentemente huesos planos y ocurre dentro de una membrana de tejido conjuntivo.
Consiste en una serie de pasos: algunas células mesenquimatosas que se encuentran formando membranas de tejido conjuntivo son transformadas en células osteoprogenitoras y luego en osteoblastos. De esta forma se construye un centro de osificación alrededor del cual se va a formar el hueso.
Los osteoblastos segregan matriz ósea y fibrillas de colágeno (una proteína) los cuales lo rodean logrando su transformación en osteocitos. Estos osteocitos forman lagunas y canalículos entre ellos, los cuales contienen líquido y permiten la conexión entre los osteolitos y el exterior. También permiten la transferencia de calcio a través de las células óseas.
Las fibras de colágeno quedan atrapadas en la sustancia fundamental, la cual se encuentra rodeando las células y las fibras. Mientras se produce la calcificación y endurecimiento de la matriz ósea, mediante el depósito de calcio y de sales minerales, aparecen las trabéculas o espículas óseas que se unen formando una estructura llamada hueso esponjoso, el cual se recubre con tejido óseo compacto. Una vez formado, el hueso plano crece mediante la adición de más hueso por sus bordes.

Osificación endocondral:
Usa al cartílago como precursor, un tejido conjuntivo especializado. Consiste en la formación a partir de estructuras cartilaginosas en las que la osificación se extiende desde el centro hacia la periferia, un proceso denominado crecimiento posicional.
La división celular de los condorcitos, seguida de la secreción de sustancias que forman la matriz, resulta en un crecimiento intersticial. Los condrocitos son células que se forman a partir del condroblasto y forman parte del tejido cartilaginoso.
El modelo cartilaginoso desarrolla un periostio y, en el centro se desarrolla un collar, en el que los osteoblastos (que se han diferenciado a partir de los condorcitos) depositan hueso. Poco después de la aparición del collar óseo, el cartílago comienza a calcificarse formándose un centro de osificación primario al penetrar un vaso en el centro de la diáfisis.
Simultáneamente a la osificación endocondral que avanza desde la diáfisis hacia la epífisis se forma la cavidad medular, creciendo el hueso en longitud. La diáfisis ya no está compuesta por cartílago hialino sólido, sino que por hueso compacto en el centro del cual la cavidad medular se llena de médula ósea roja.
Cuando los vasos penetran en las epífisis, se forma un centro de osificación secundario, similar al producido en el centro primario. Éstos se presencian en el nacimiento pero con la diferencia de que se forma hueso esponjoso y no se desarrolla una cavidad medular. Cuando los vasos penetran en las epífisis, se forma un centro de osificación secundario, similar al producido en el centro primario. Éstos se presencian en el nacimiento pero con la diferencia de que se forma hueso esponjoso y no se desarrolla una cavidad medular.
El exceso de cartílago en los extremos de la epífisis mantiene la placa epifisaria. Ésta también es cartilaginosa y a partir de ella el hueso crece en longitud durante el desarrollo hasta la edad adulta.




 En ella se distinguen varios tipos de zonas:

Ÿ1. Zona de cartílago hialino: cerca de la epífisis. Consiste en condrocitos dispersos que no se multiplican y que sirven de punto de anclaje, uniendo la epífisis con la diáfisis.
Ÿ2. Zona de cartílago en proliferación o seriado: es una lámina formada por condrocitos de mayor tamaño, que se encuentran apilados y experimentando una mitosis activa. Como consecuencia de esta, la capa se espesa y crece longitudinalmente.
Ÿ3. Zona de cartílago hipertrófico o maduro: consiste en condrocitos aún más grandes, dispuestos de forma columnar. La división celular también es la responsable del crecimiento de la placa, si bien en esta área, algunos de los condrocitos experimentan cambios degenerativos asociados con depósitos de calcio.
Ÿ4. Zona de cartílago calcificado: consiste en un área de tan sólo algunas células de espesor en la que las células van muriendo como consecuencia de que la matriz alrededor de ellas se ha calcificado. Es invadida por osteoblastos y capilares, quedando una capa calcificada sólida entre la placa epifisaria y la diáfisis.
Ÿ5. Zona de erosión: En esta zona encontramos sólo la sustancia intercelular cartilaginosa calcificada. Las lagunas, que ya no presentan condorcitos, están ocupadas por osteoblastos y capilares. Los osteoblastos, de citoplasma basófilo adoptan una disposición determinada  uniéndose a la matriz cartilaginosa calcificada.
Ÿ 6Zona osteoide: los osteoblastos depositan matriz ósea (sustancia osteoide) sobre las trabéculas de matriz cartilaginosa calcificada.
7. Zona de tejido óseo maduro. 

La región entre la diáfisis y la epífisis en las que la matriz calcificada es remplazada por hueso, se denomina metáfisis.
El crecimiento de la placa epifisaria está controlado por la hormona del crecimiento producida por la glándula pituitaria y por las hormonas sexuales. Durante el crecimiento, el proceso de calcificación y sustitución por hueso hace que la diáfisis sea cada vez más larga, permaneciendo constante la placa epifisaria.
Si se produce una fractura que afecte a esta placa (fractura epifisaria) la cicatrización de la misma inhibe parcialmente el crecimiento del hueso. Esto se debe a que al ser el cartílago un tejido avascular, se consumen los recursos de reconstrucción quedando excluido el crecimiento óseo.
En cambio, si la fractura afecta sólo al hueso, al estar este vascularizado, su cicatrización no afecta a la función de la placa epifisaria.

Las principal diferencia entre estos mecanismos consiste en que, aunque ambas comienzan con la proliferación y agrupación de células mesenquimáticas, en la osificación endocondral éstas se diferencian en condroblastos, los cuales producen matriz cartilaginosa; en cambio en la intermembranosa, se diferencian en osteoclastos.





Imágenes extraídas de:  http://www.iqb.es/cbasicas/fisio/cap06/cap6_2.htm

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